Biscotto Savoiardo o Savoiardi (Soletilla, Melindros, Lady Fingers)

Hoy en Delicious Martha hacemos un viaje a los orígenes de una de las galletas más conocidas a nivel mundial. Todo el mundo las conoce, pero no todos las llaman por su nombre. De hecho, seguro que la has probado alguna vez; ya sea sola, remojada, o como base de un pastel. Y es que los Biscotto Savoiardo o Savoiardi que hoy te enseño a preparar los podemos encontrar, también, de muchas formas.

Antes de empezar con su historia, me gustaría contar que quizás los conozcas por Melindros en catalán, bizcochos de Soletilla en español, Lady Fingers en inglés, Biscuit à cuiller en francés… O como plantillas, lenguas, vainillas, suspiros, … según la zona de Latinoamérica donde te encuentres.
Es decir, podemos llamarlas de una u otra forma, pero seguimos hablando de la misma galleta dulce, esponjosa, seca en el exterior y con un interior más ligero, de forma alargada y con los extremos redondeados y con un toque azucarado en la parte superior.

Se conoce que estos dulces nacieron a finales del siglo XV, cuando el rey de Francia visitó la corte del Duque de Saboya y, como ofrecimiento especial a éste, se elaboraron por primera vez.
Gustaron tanto que, posteriormente, se les otorgó el nombre de Savoiardi, en plural, o Biscotto Savoiardo y se ofrecían a los visitantes como las ‘galletas de la corte’ y símbolo repostero local.

Su preparación se caracteriza por no contener levadura y, a partir de harina, huevos y azúcar, trabajados y aireados durante la elaboración, se consigue la textura esponjosa y con volumen que los hace únicos. La masa es la misma que la de la genovesa, un bizcocho de la cocina italiana y francesa usado para múltiples recetas reposteras (brazos de gitano, tarta genovesa, Sacher, …), pero en algunos casos podemos encontrar variaciones en su elaboración.
Los Savoiardi suelen usarse, como comentaba antes, en preparaciones reposteras como el Tiramisú (acordaos de los Vasitos de Tiramisú o el Tiramisú de frutas que vimos en Delicious Martha). Por su textura rígida y seca, conservan fácilmente su forma, y al mismo tiempo, su esponjosidad retiene bien los líquidos.
En Cataluña es tradición preparar chocolatadas en las que se sirve una taza de chocolate caliente y espeso en la que se remojan los melindros.

• 3 huevos, separadas las claras de las yemas
• 100 gr. de azúcar glass
• 100 gr. de harina
• 25 gr. de Maizena
• 1 pizca de sal
• 1 c/c de esencia de vainilla (opcional)
• Azúcar glass para espolvorear