Cheesecake de café con galleta y cacao
¿Eres un amante del café y el cheesecake es tu postre favorito? No busques más, has encontrado la receta perfecta. Este cheesecake de café entrará en tu ranking de mejores dulces.
Tanto para el desayuno como para la merienda, o para después de una comida entre amigos. En sí misma, una cheesecake de café es el dulce perfecto para cualquier momento. Si crees que lo habías visto todo en cuanto a cheesecakes, estabas equivocado. No miento si digo que, creo es una de las tartas que más versiones se han visto: empezando, obviamente, por las tartas de queso tradicionales hasta llegar a las de frutas, de tiramisú, o incluso esta misma, de café. Tan versátil y tan rica que nos puede sacar de un apuro en cualquier momento. O dejar a todo el mundo con la boca abierta, sin más.
No hace falta mucho para elaborarla. De hecho, no es necesario ni el horno. Pero sí que necesitaremos unos minutos (pocos) y algunas horas de reposo en el frigorífico para disfrutar de esta deliciosa tarta de queso.
Sin más rodeos, vamos con ella y no os entretengo más. Así podréis disfrutarla antes. ¡Estoy convencida de que os va a encantar!
Ingredientes para el Cheesecake de café:
- 230 ml. de nata (35% M.G.)
- 200 gr. de queso crema
- 100 gr. de azúcar
- 80 ml. de café, enfriado
- 4 hojas de gelatina
Para la base:
- 150 gr. de galletas
- 1 cucharadita de café soluble
- 1/2 cucharadita de canela en polvo
- 100 gr. de mantequilla
Para decorar:
- Galletas trituradas
- Café soluble
- Cacao puro en polvo
- Chocolate rallado
Preparación del Cheesecake de café:
En primer lugar, preparar la base de la tarta. Para ello, picar las galletas hasta reducirlas a polvo y mezclar con el café soluble y la vainilla en polvo. Por otro lado, fundir la mantequilla al microondas y juntar con la mezcla anterior. Remover bien y verter en un molde desmontable, forrado con papel vegetal, de 20 cm. de diámetro. Presionar y repartir bien por toda la superficie, con la ayuda de una cuchara o con la base de un vaso, para que quede una base compacta y no se desmigue al cortarla. Guardar en la nevera.
Para la tarta, poner las hojas de gelatina a hidratar en agua fría. A continuación, poner la nata, que tiene que estar muy fría, en un bol y batir con las varillas eléctricas hasta que esté montada. Reservar.
Cuando la gelatina esté hidratada, mezclarla con el café caliente y remover hasta que quede disuelta. Dejar enfriar la mezcla por completo, a temperatura ambiente o en el frigorífico, para agilizar el proceso.
Después, poner en un bol el queso crema, y batir ligeramente para ablandarlo. Añadir el azúcar y batir bien. Seguidamente, verter el café y remover con cuidado hasta que quede una mezcla homogénea. Finalmente, integrar la nata montada poco a poco, y con movimientos envolventes, ayudándonos de una lengua.
Una vez esté todo integrado, verter el relleno dentro del molde, alisar la superficie y guardar en la nevera un mínimo de 8 horas (mejor si es toda la noche).
Por último, y antes de servir, hacer una mezcla con galletas trituradas mezcladas con cacao puro en polvo, un poco de café soluble y chocolate rallado. Decorar la superficie al gusto ¡y servir!
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.