Bombones de pistacho
¿No estamos cada vez más preocupados por nuestra alimentación? ¿No es cierto que todos buscamos ingredientes más saludables, ecológicos, que nos ayuden a mejorar nuestra nutrición?
¿Y verdad que no estamos dispuestos a renunciar al sabor? Por todo esto y un sinfín de argumentos más que razonables, hay muchas recetas que podemos descubrir entorno a una vida sana; y así seguir con los buenos propósitos que la mayoría nos marcamos a principios de año.
Comer un bombón no tiene por qué implicar grasas saturadas, montones de azúcar o un enorme peso de conciencia. Al contrario. Comer los bombones de pistacho os hará sentir enérgicos, satisfechos y muy bien alimentados. No será un Ferrero Rocher, ni un ‘Caja Roja’, pero están deliciosos por igual. Y éste sí que es un vicio confesable.
Como un capricho de media mañana o vuestro compañero de café después de la comida. Incluso servirán para hacer un regalo de lo más original y vistoso a algún ser querido; algo que no es costumbre y deberíamos tener en cuenta: ¿por qué no regalamos comida sana y sí dulces que aglutinan demasiados azúcares? Un buen modo de expresar nuestro cariño y afecto hacia alguien es demostrar que nos preocupamos por su salud.
En definitiva, sólo me gustaría que probarais estos bombones y juzguéis en primera persona de qué os hablo. Y no dudéis en buscar recetas que giran entorno a la cultura vegana. Aunque vuestra alimentación no sea de esta idiosincrasia, y muchos sean reacios a sus restricciones, sí encontraréis elaboraciones de lo más saludable para complementar vuestros platos de diario. Como ejemplo, un bombón.
Ingredientes para una docena de Bombones de pistacho:
- 75 gr. de pistachos repelados
- 10 ciruelas secas y deshuesadas
- 10 dátiles deshuesados
- 1 cucharada de postre de cacao puro en polvo
- 1 pizca de sal
- 40 gr. de pistachos, triturados en polvo
Preparación de los Bombones de pistacho:
En el vaso de la batidora eléctrica, poner los pistachos, las ciruelas secas, los dátiles, el cacao y la sal.
Triturar durante dos minutos hasta que se convierta en una arena pegajosa. Si no es suficiente para poder formar pequeñas bolas, añadir un par de dátiles más.
Con la ayuda de una cuchara, ir formando bolas, más pequeñas que el tamaño de una nuez. Presionar la masa para que se compacten y queden formadas las circunferencias e ir disponiéndolas en una bandeja forrada con papel vegetal. Guardar en la nevera.
Por otro lado, triturar los 40 gr. de pistachos hasta reducirlos a polvo. Rebozar las bolitas, ya frías, en la arena de pistacho y servir.
Si no se consumen, guardar refrigeradas en un recipiente hermético.
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