Cheesecake de yogur con frutos rojos
Este cheesecake de yogur con frutos rojos será la tarta ideal para tu mesa de Reyes…
Con tanta comilona y comidas pesadas, con las grandes mesas llenas de platos… Y además los turrones y dulces. Qué mejor que este cheesecake de yogur con frutos rojos muy ligero y suave para compensar. Es sencillo de preparar, con ingredientes que encontraremos en nuestra despensa, y sobretodo, no nos dejará empachados después de una comida copiosa.
Muchos ya sabéis de mi amor incondicional por estas tartas. El cheesecake es uno de mis pasteles favoritos y ya no recuerdo cuántas veces he podido preparar uno. Tanto el original, como mi mejor versión, el de té Matcha, el que sólo lleva 3 ingredientes, el cheesecake de café… O el que pronto veréis cocinado con Las Recetas de MJ, uno de turrón de Jijona. Y en este último caso, fue una colaboración muy especial porque ambas sentimos esta predilección por esta tarta.
Seguro que muchas sabéis su historia. Para los que no, el cheesecake es un pastel que, aunque ha ido variando tras el paso de los años, se conoce desde la Antigua Grecia. De hecho, fueron los atletas de los primeros juegos olímpicos los que la empezaron a comer como una verdadera fuente de energía antes de sus campeonatos. Podéis imaginar que nada que ver con la que comemos hoy en día. Por aquél entonces, la tarta se preparaba triturando el queso, calentándolo mezclado con un poco de harina y endulzado con miel para después enfriarlo. Podría parecer más un engrudo que un verdadero cheesecake.
Cuando los romanos conquistan Grecia, se adueñan de la receta pero le introducen huevo, para después cocerla lentamente en fuego. Y fueron ellos quienes la dieron a conocer a los europeos con su expansión, y más tarde a los americanos. Evidentemente, cada región adaptó la receta según sus productos más cotidianos, y por esa razón existen hoy en día tantas variantes de un mismo pastel.
Pero lo más parecido a lo que hoy puedes comer como tarta de queso llegó gracias a un neoyorkino, que inventó el queso crema sin percatarse que sería la base de la famosa tarta. Sí, como en tantas ocasiones, por casualidad. Lo que pretendía el quesero era encontrar la fórmula de elaborar un queso suave francés, sin darse cuenta, estaba dando origen a un queso cremoso y ligero que pasaría a llamarse Philadelphia, cuando en 1928 Kraft compró su fábrica y empezó a comercializarlo a gran escala.
A principios de ésta década fue cuando el queso suave se empezó a usar para elaborar cheesecakes y, por tanto, a conocerse como actualmente lo conocemos. Probablemente habréis tenido el placer de degustar muchas versiones, aunque la más tradicional sea la New York Cheesecake, receta de Arnold Reuben, quien se enamoró de una en una cena e indagó hasta dar con su mejor versión.
La de hoy dista mucho de lo que sería una receta tradicional y seguida al pie de la letra. Puesto que los ingredientes que la componen varían lo suficiente como para no parecérsele. Pero sí podemos llamarla cheesecake si tenemos en cuenta que los principales ingredientes son los de la verdadera, aunque mucho más ligera y suave.
Ingredientes para el cheesecake de yogur con frutos rojos:
- 3 huevos M
- 1 yogur natural (o griego), sin azucarar
- 3 cucharadas de crema de queso
- 100 ml de nata (35% M.G.)
- 1 y 1/2 vasos de yogur (como medidor) de azúcar blanco
- 2 vasos de harina
- 2 vasos de leche
- 1/2 cucharadita de canela en polvo
- 1/2 cucharadita de vainilla en polvo
Para el frosting:
- 1 yogur natural
- 3 cucharadas de azúcar glas
- frutos rojos al gusto
Preparación del cheesecake de yogur con frutos rojos:
Precalentar el horno a 180ºC.
Poner los huevos y el azúcar en un bol ancho y batir con las varillas hasta que doblen su volumen.
Añadir el resto de ingredientes para el pastel y seguir batiendo hasta que todo esté totalmente integrado.
Enmantequillar un molde redondo de 20 cm. de diámetro y forrar la base con papel vegetal. Verter la masa del pastel en el molde e introducir en el horno durante aproximadamente 1 hora o hasta que, al pinchar el centro con un cuchillo, éste salga limpio.
Una vez cocido, retirar del horno y dejar enfriar a temperatura ambiente.
Cuando haya enfriado, voltear sobre el plato en que se presentará y guardar reservado en el frigorífico.
Antes de servir, mezclar el yogur con el azúcar glas y repartir la mitad sobre la tarta. Con la otra mitad del yogur, mezclar con unas moras, que previamente se habrán machado, para tener un color morado intenso. Repartir sobre el cheesecake de yogur y, con un cuchillo, realizar unas hondas con ambos yogures para hacer la decoración. Cubrir con el resto de frutos rojos.
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