La mejor cheesecake fundente del mundo

¿Una cheesecake fundente? No, la mejor CHEESECAKE FUNDENTE. La the very best. Esta tarta de queso se merece un premio. O un piso de alto standing. Es lo nunca visto.

El resultado de verdad que no deja indiferente a nadie. Y tengo que reconocer que no pude resistirme y tengo también la versión con chocolate. Es la que yo llamé la mejor cheesecake del mundo. Esa nació de ésta, que a su vez es una versión de mi amiga Sara (@burpee_vet en Instagram). No dejéis de bichear lo que hace porque es oro.
Para hacer esta cheesecake fundente, necesitas un molde de 15cm. desmontable, es muy importante. Si usas otro tamaño, el tiempo de horneado variará y no conseguirás esta maravillosa textura. Así que, hazte con uno ya mismo 😉
El que yo uso es este.

cheesecake fundente

Para la base:

  • 80 g. anacardos
  • 45 g. dátiles
  • 20 g. aceite coco

Para el relleno de la cheesecake fundente:

  • 450 g. queso crema o mascarpone
  • 200 ml. nata 35% M.G.
  • 45 g. eritritol o 90g. azúcar
  • 2 cucharadas vainilla en pasta
  • 3 huevos M
cheesecake fundente

Para prepararlo, primero tritura todos los ingredientes de la base con una picadora hasta reducirlos a una textura de arena mojada. Ahora, pasa esta mezcla al molde desmontable, que previamente le habremos puesto un disco de papel vegetal en el fondo para facilitar el desmoldado, una vez cocido. Con una cuchara, presiona bien la mezcla, para que así se adhiera bien a la base y coja la forma del molde. Deja a un lado.
Para el relleno, combina todos los ingredientes que te especifico arriba, pero bátelo todo a mano, con unas varillas de mano. Las cheesecakes, de por sí, no tienen que coger aire en la masa, por lo que intentaremos siempre batir manualmente para no darle esponjosidad extra a la masa. Una vez tengamos todo bien batido, y sin grumos, lo vertemos sobre la base que hemos preparado antes.

Por último, damos unos ligeros golpes sobre la mesa, para que alguna posible burbuja pueda salir, y seguidamente lo introducimos en el horno precalentado a 190ºC. Lo dejamos durante 35 minutos exactos. Ni más, ni menos. Pasado el tiempo, apagamos el horno y sacamos la tarta de queso. La dejamos templar a temperatura ambiente unas 5 horas aproximadamente, para que termine de cuajar.

Pasado el tiempo, ya podemos servirla.

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