Pumpkin Pie ❉ Pastel de calabaza
El otoño, además de las lluvias y las tonalidades de marrones, amarillos, ocres y dorados también nos trae alimentos estupendos. Las castañas, los boniatos, el membrillo, la granada… O la calabaza, la gran protagonista de hoy. Y es que además de en crema, asada, como acompañamiento… podemos preparar deliciosas recetas dulces con esta hortaliza. Hoy en Delicious Martha veremos un exquisito pastel de calabaza o, como se conoce en su país de origen Pumpkin Pie.
Por los que no seáis muy amigos de esta hortaliza, tenéis que saber que la calabaza es un alimento ideal para incluir en vuestras dietas. Además de ofrecernos un sinfín de posibilidades a la hora de cocinarla y que no se nos haga aburrida, es muy rica en nutrientes y propiedades antioxidantes, así como en vitamina C, B, E y ácido fólico. Con un elevado contenido en agua y muy bajo aporte calórico, también posee propiedades que retrasan el envejecimiento de las células, diuréticas, antiinflamatorias y anticancerígenas.
Un pastel que es suave al gusto y con una textura muy ligera, puesto que el relleno no contiene harina ni azúcar. Además de ser delicioso, queda muy bonito y con un color llamativo que entra por los ojos. También tengo que decir que con el molde Emile Henry de Claudia&Julia parece que todas las tartas quedan más bonitas. Esa forma es perfecta para cualquier receta que tengas pendiente porque el resultado está asegurado…
Ingredientes para un Pumpkin Pie de 26 cm. de diámetro:
- 500 gr. de puré de calabaza (aproximadamente 1 calabaza entera pequeña)
- 1 lámina de masa quebrada
- 120 gr. de miel
- 3 huevos M
- 125 ml. de nata líquida
- 1 cucharadita de jengibre
- 1 cucharadita de canela
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 1/2 cucharadita de sal
Preparación del Pumpkin Pie o Pastel de calabaza:
Si la calabaza no está cocida, cortarla a trozos pequeños, y hornearla durante 1 hora a 200ºC en una fuente de horno tapada con papel de aluminio. Pasado el tiempo y cuando esté tierna, retirar del horno, quitar la piel y triturar con un tenedor. Poner el puré en un colador para que suelte parte del agua de la calabaza.
Para la masa de la tarta, estirar la masa quebrada en la superficie de trabajo ligeramente enharinada. Pasar el rodillo para dejarla fina, de aproximadamente 3 mm. de grosor.
Ponerla sobre el molde y dar forma a su alrededor, formando ondas con la ayuda de las yemas de los dedos. Con unas tijeras, recortar el sobrante y reservar para hacer las decoraciones de la tarta. Refrigerar la masa mientras se prepara el relleno.
Precalentar el horno a 170ºC. En un bol amplio, verter la miel, el jengibre, la canela, la sal y la nuez moscada. Pesar los 500 gr. de puré (habrá perdido peso por el agua que ha soltado) y añadirlo a la mezcla anterior. Remover con la ayuda de unas varillas.
Añadir los huevos y la nata líquida y mezclar hasta combinar bien todos los ingredientes.
Sacar la masa del frigorífico y verter dentro el relleno. Hornear, con calor sólo en la parte inferior, durante 40-45 minutos o hasta que, al pinchar el centro con una aguja, salga más o menos limpia.
Mientras se hornea, hacer decoraciones con los restos de masa quebrada. Pasados los primeros 40-45 minutos, poner las decoraciones sobre la tarta y hornear 10 minutos más con calor arriba y abajo.
Sacar del horno y dejar enfriar completamente a temperatura ambiente antes de servir (mejor si es de un día para otro).
NOTAS:
- Este tipo de tartas pueden tomarse frías o templadas, pero siempre son mucho mejores si se preparan de un día para otro, ya que los sabores se asientan mejor.
- Es habitual ver estas tartas americanas más especiadas. Con clavo de olor, anís… Podéis ir probando a vuestro gusto hasta encontrar la combinación que más os apetezca.
- El molde, que ya visteis en otras recetas como el Pear Pie, es de Emile Henry y lo encontraréis en Claudia&Julia.
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