Cultura foodie
¿Qué o quién es un foodie?
Aquella persona entusiasmada por la gastronomía, es decir, con una gran afición por la comida y la bebida. No un glotón, ni un zampabollos. Un amante del mundo culinario, pero no necesariamente tiene que zamparse platos que no puedan saltarlos un galgo.
Hay una clara diferencia entre un foodie y un gourmet. Por ejemplo, me considero una foodie, pero estoy muy lejos de ser una gourmet (ya me gustaría…). El primero se refiere a aquellos catadores amateur, que si bien les gusta comer bien, estar informados sobre lo que incumbe a este mundo y conocen las últimas tendencias al dedillo, no son unos expertos, ni profesionales del sector, ni tienen un paladar extremadamente refinado, buscando siempre la mejor comida como es el caso de los gourmets.
¿Qué hacen?
Los foodies están siempre a la busca y captura de todo lo nuevo que pueda surgir y lo comparten con el resto: desde la nueva cafetería de barrio que tiene unas pastas de chocolate deliciosas hasta el último cocinero que ha inventado una nueva forma de montar las claras a punto de nieve. Todo aquello que tenga que ver con las artes culinarias, su relación con la ciencia, con la aparición de nuevos restaurantes; no necesariamente de primera calidad o con 2 estrellas Michelín. Porque el bar de tapas que se ha reinventado en la esquina de tu calle puede ser también sorprendente.
En conclusión, un foodie, dentro del mundo gastronómico, se preocupa por buscar, explorar, innovar, probar, reinventar y compartir aquello que descubra.
¿De dónde viene?
El término foodie surgió por primera vez en 1984, cuando Paul Levy, Anna Bar y Mat Sloan lo
nombran en su libro The oficial foodie handbook. Ellos definen esta actitud o cultura y lo vinculan a aquellos que tienen una especial vocación por encontrar un restaurante, pero no necesariamente dejándose el sueldo del mes. Todo lo contrario. Pretenden comer aquello que pueda adaptarse a su bolsillo, pero siempre experimentando.
El origen de esta exploración desmesurada es fruto de la necesidad que sentían por huir de lo preestablecido. Aborrecían las cadenas de restaurantes de comida fast food, los precocinados y todo aquello prefabricado. Se fijaron en los primeros que empezaron a dar algún apunte sobre dónde comer el mejor plato X o la reinvención del típico plato de Y. Buscando nuevos sabores, platos
originales, … aquello distinto.
¿Tienen referencias?
En la búsqueda de la calidad y la innovación constante, es normal que se intente buscar un referente, alguien que exponga sus conocimientos, que te guíe en el sinfín de posibilidades que hay en la calle. Por eso acuden a degustaciones, inauguraciones, eventos, leen artículos, compran revistas, buscan en guías, comparten sus experiencias en redes sociales, …
Algunas de las publicaciones TOP para un foodie son: Kinfolk Magazine, Apicius, Fool, …
App y 2.0: Cookbooth, Evernote Food, Foodspotting, Onfan, Foodinterest, Instagram, LocalEats, Zagat (web guía para comensales).
Personalmente creo que los foodies siempre han existido, siempre han estado allí; pero recientemente, y con el clímax al que ha llegado la gastronomía, ahora son visibles. ¿O quizá han sido los foodies quienes han elevado la gastronomía hasta su nivel más alto?
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.