Cheesecake de manchego con mermelada de membrillo
Ingredientes para la cheesecake de Manchego con mermelada de membrillo:
- 350 gr. de queso Manchego o un queso curado
- 320 gr. de queso Mascarpone
- 85 gr. de Maizena o harina fina de maíz
- 100 gr. de nata (35% M.G.)
- 6 huevos M
- 300 gr. de azúcar
Para la cobertura:
- 125 gr. de membrillo
- 6-8 cucharadas de agua
Preparación de la cheesecake de Manchego con mermelada de membrillo:
Para preparar la cheesecake de Manchego, lo primero que haremos será precalentar el horno a 170ºC, con calor arriba y abajo. En segundo lugar, cortaremos la corteza del queso y lo rallaremos fino, con la ayuda de un rallado. También podríais hacerlo con una picadora eléctrica, hasta dejarlo fino. A continuación, ponemos todo el queso rallado en un bol amplio, añadimos los huevos, la nata, el azúcar, la Maizena y el mascarpone.
Seguidamente, cogemos la batidora eléctrica de mano y, con paciencia y mucho cuidado, vamos batiendo poco a poco toda la mezcla, hasta que estén todos los ingredientes perfectamente integrados y obtengamos una mezcla homogénea. Procuraremos que no queden grumos del queso.
A continuación, cogemos un molde desmontable de 24 cm. de diámetro y lo forramos con papel vegetal. Para ello, no hace falta cortar el papel, simplemente lo pondremos de forma irregular en la base y los bordes del molde, para que quede más rústico.
Después, vertemos la masa de la cheesecake en el molde, ponemos sobre la bandeja de horno y cocemos durante aproximadamente 1 hora. Pasado el tiempo, comprobamos que esté cuajado, aunque puede ser que tenga textura de flan. Lo dejamos en el horno, con la puerta abierta, para que pierda temperatura.
Por otro lado, ponemos un cazo a fuego medio con el membrillo, cortado en cubos pequeños, y 4 cucharadas de agua. En el fuego, vamos chafando poco a poco los trozos de membrillo con la ayuda de una lengua. A medida que se vaya deshaciendo, se espesará. En este momento, añadimos las otras cucharadas de agua y seguimos mezclando hasta que quede una mermelada ligera.
Una vez la cheesecake esté templada, la sacamos del horno, vertemos la mermelada por la superficie y alisamos con la ayuda de una cuchara. Finalmente, dejamos enfriar por completo y guardamos refrigerada un mínimo de 4 horas (mejor toda la noche). Antes de servir, desmoldamos y pasamos a un plato.
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