Panna cotta de gin tonic, un postre ligero

Una Panna cotta de gin tonic, ideal como postre para las comidas festivas.

Porque la Panna cotta de gin tonic es ligera, suave y muy refrescante. Todo ello, nos ayudará a poner el broche dulce a una buena comida, sin ser una propuesta copiosa o empalagosa que nos llene en exceso.

Simplemente, para aportarnos la guinda del pastel y quedarnos más que satisfechos. También os advierto, es una deliciosa manera de endulzar una tarde tomándola como merienda 😉

Panna cotta de gin tonic

Más de una vez os he hablado de este postre italiano; porque personalmente me encanta. Es sencillo, rápido, y podemos saborizarlo como más nos guste, ya que admite casi todo. Hicimos la panna cotta de café, la de té matcha, una con crumble y mermelada, en tartaleta con cerezas… Y es que todas quedan deliciosas.

Probablemente el tiramisú sea el postre italiano por excelencia. Pero la panna cotta se merece también un gran sitio en su gastronomía.

Panna cotta de gin tonic

Ingredientes para la Panna cotta de gin tonic (para 4 personas):

  • 100 gr. de leche condensada
  • 50 gr. de nata vegetal
  • 40 gr. de zumo de limón
  • 20 gr. de ginebra
  • 400 ml. de leche de coco (puede ser leche de vaca entera o vegetal)
  • 4 hojas de gelatina (de 2 gr. cada una)
  • ralladura de 1/2 limón

Preparación de la Panna cotta de gin tonic:

En primer lugar, pondremos las hojas de gelatina a hidratar en agua muy fría, durante unos 10 minutos. Por otro lado, pondremos un cazo al fuego en el que verteremos la leche de coco (que también puede ser leche de vaca entera, o alguna bebida vegetal que os guste). Ponemos también la nata, la leche condensada, y la ralladura de limón y removemos bien para que todos los ingredientes se combinen.

Cuando empiece a calentarse, vertemos la ginebra, y el zumo de limón, y removemos hasta que esté completamente integrado. Lo dejaremos cocer, removiendo de vez en cuando para que no se pegue, hasta que llegue a ebullición. En este punto, apagamos el fuego y apartamos el cazo. Seguidamente, escurrimos bien la gelatina con las manos, y la ponemos dentro del líquido. Mezclamos para que se disuelva bien.

Por último, dejamos enfriar unos 5-10 minutos, y colamos la mezcla para retirar la ralladura del limón o posibles trazas de gelatina que hubiesen quedado. Vertemos en cuatro vasitos, y dejamos templar a temperatura ambiente, para después, refrigerarlo durante 4 horas.

Lo servimos con hojas de menta y frambuesas.

Panna cotta de gin tonic

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